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ayahuasca

¿Qué es la ayahuasca?

Mucho se dice y poco se sabe sobre esta planta milenaria de la que habla todo el mundo; te contamos qué es, qué produce, cuáles son los riesgos y cómo conviene tomarla

 

Mucho se dice y poco se sabe sobre esta planta milenaria de la que habla todo el mundo; te contamos qué es, qué produce, cuáles son los riesgos y cómo conviene tomarla 




Por Violeta Gorodischer
Foto de Corbis


Seguramente hayas escuchado este nombre en el último tiempo o conozcas a alguien que haya probado la planta, en la Argentina o en el extranjero. Lo cierto es que la ayahuasca es súper antigua y ya era utilizada por los pueblos indígenas hace miles de años. Varios antropólogos dicen que la tendencia tiene que ver con el inicio de una "nueva conciencia".

El licenciado Carlos Martínez Sarasola explica: "Así como en su momento Occidente se abrió a la sabiduría oriental, ahora muchos sectores están volviendo sus ojos a América, al mundo indígena y su cosmovisión espiritual". Eso sí: la planta no es para cualquiera, y hay que asesorarse bien al respecto. Aquí, algunas cosas para tener en cuenta.

Qué es
"Ayahuasca" es una palabra quechua que significa "liana o soga de los espíritus". Se trata de un preparado hecho con plantas que crecen en el Amazonas: una es la ayahuasca -que es una liana- y otra es la chacruna -un arbusto de hojas verdes y alargadas-. Para llegar a la bebida final, la mezcla se cocina con agua durante varias horas.

Lo increíble es que hace cuatro mil años, y sin ningún conocimiento químico, las tribus amazónicas ya supieran que la combinación de estas plantas produce efectos que hoy son estudiados por antropólogos, psiquiatras y científicos de todo el mundo.

Hace apenas cincuenta años, se descifró qué genera exactamente esta bebida en el cuerpo: mientras que la chacruna contiene DMT, un compuesto relacionado con la"imaginería del sueño" que causa visiones, la ayahuasca inhibe la enzima que degradaría esta sustancia en el estómago y permite que llegue al cerebro.

Si bien todos tenemos cantidades pequeñísimas de DMT en la glándula pineal, su incremento acelerado produce ciertos efectos a nivel físico y cerebral que llevan a un estado alterado (o ampliado) de conciencia. Algo importante para tener en cuenta es que esto no es una droga ni un alucinógeno.

Según Carlos Martínez Sarasola, antropólogo especializado en chamanismo, esta planta conecta a las personas con otros planos de la realidad, pero no provoca alucinaciones. "En todo caso, son plantas visionarias que permiten que las personas se conecten con ciertos planos dimensionales. La visión es algo que la persona ve, sin estar en un estado patológico", explica.

Para qué sirve
Desde la perspectiva indígena tradicional, la planta actúa sobre la conciencia para reequilibrar a la persona. No hay que olvidar que, desde este punto de vista, la enfermedad es siempre un desequilibrio espiritual y, en consecuencia, lo que se busca es la autosanación. Es necesario un ritual conducido por un chamán o guía especializado, como parte fundamental y complementaria del proceso.

Para los pueblos originarios, la planta es un ser vivo que ingresa en el cuerpo de otro ser vivo, y ese vínculo, fundamental, está a cargo del guía. En el aspecto psiquiátrico, las barreras de contención del inconsciente se derriban por completo. En una experiencia de ayahuasca no hay filtro, y eso la convierte en una práctica absolutamente catártica.

Los doctores Diego Rodolfo Viegas y Néstor Berlanda (antropólogo y psiquiatra, respectivamente) son mentores de la fundación Mesa Verde y acaban de terminar el primer libro sobre el tema en América latina, llamado Ayahuasca, medicina del alma (Biblos). A partir del trabajo con cien voluntarios, llegaron a la conclusión de que, en un 92 por ciento de los casos, la ayahuasca funcionó como un amplificador emocional. De ahí, la resolución acelerada de conflictos a nivel terapéutico que ambos recomiendan como complemento de otro tipo de terapias. En Perú, sin ir más lejos, existe un centro llamado Takiwasi (www.takiwasi.com) que trata la recuperación de drogadependientes a través de la planta.

Cómo se toma
El sabor es muy amargo y ácido, no se toma en grandes cantidades, y su efecto dura entre cinco y seis horas. Lo ideal es ingerir lo equivalente a un pocillo de café. Eso sí: es imprescindible hacerlo en un ritual, con la guía de una persona especializada; en la mayoría de los casos, es un chamán. Muchas veces produce vómitos, por lo cual aconsejan una dieta previa de tres o cuatro días a base de frutas y vegetales, así como un ayuno total el mismo día de la ceremonia.

La idea es llegar a ese momento con el estómago liviano y la mente calma (las meditaciones ayudan). Siempre hay que tomarla de noche: los chamanes insisten en realizar la ingesta en un área natural, con ciertas características de una geometría sagrada.

¿Qué significa esto? Que deben ser octógonos o círculos naturales que funcionen como cajas de resonancia y generen una acústica perfecta. Así, mientras uno toma el preparado, el guía comienza a cantar ícaros (canciones sanadoras) con notas repetitivas, a la manera de un mantra. De esta forma, todo el grupo empieza a vibrar en la misma sintonía para entrar en la experiencia mística.

Qué sucede
Según chamanes como Carlos Fernández Baca, originario de Perú, el "viaje" es a través de tres niveles. En el primero, se acelera el ritmo cardíaco, uno empieza a tener mucho calor y luego llega el proceso de purga: la mayoría de las veces, hay vómitos. Se produce el ingreso en el mundo intraterreno y sale todo lo malo (las "cuchas", que vendrían a ser basuras energéticas), que se verá reflejado en seres monstruosos.

Por eso, es imprescindible una explicación previa, para no entrar en pánico y estar preparadas. En esta instancia, la persona está vulnerable y es fundamental el trabajo de contención del chamán. Después, viene un momento de tranquilidad. El tambor y las sonajas elevan las vibraciones y producen

un sonido de lluvia. Entonces, se ingresa en el universo del padre Sol: un escenario angelical. Comienza un proceso de conciliación, incluso con cosas que ocurrieron hace diez, veinte años. Cosas que nos restan energía y nos quitan la oportunidad de vivir el presente.

En el último nivel, se activa el tercer mundo, que, en general, va acompañado de una gran ternura hacia la familia, los amigos, las parejas, los hijos. Las personas se abren para recibir las cosas buenas de los demás.

Riesgos
Nunca hay que tomar esta bebida sola, porque el ingreso a las visiones genera mucho miedo, y son tan fuertes que, sin una contención adecuada, pueden desencadenar traumas o incluso una psicosis. Siempre tiene que haber un guía, chamanes originarios o personas con muchísima experiencia, con un desarrollo teórico del tema y un título que los avale. Lo ideal es viajar directamente a la selva amazónica, pero en la Argentina hay lugares de referencia con antropólogos que brindan asesoramiento, como la fundación Mesa Verde, de Rosario, o la fundación Desde América.

No todo el mundo puede tomar ayahuasca: no se recomienda a personas con síntomas o riesgos cardíacos, descompensadas, diabéticas o consumidoras de medicamentos psiquiátricos. De hecho, no puede tomarse hasta seis meses después de haber suspendido medicación antidepresiva. También es ideal que, tras la experiencia, haya una contención: una terapia psicológica tradicional o talleres grupales para compartir lo vivido.

Diario La Nacion - Argentina

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